viernes, 23 de abril de 2010

De verdades y delirios


Vos metálica que hiere

los confines

de mi sombra esquiva.

Constelación sagrada

que se desgarra

en las entrañas

del espejo que me revela.

Fragancia precaria

que acelera el pulso

de mi propio hastío.

Sobre el vacío agobiante

de la nada

se congelan los límites

de tus labios,

mientras dibujo un puente

hacia el eterno olvido.

En el vértice oscuro

de mis propios lamentos

se filtra el recuerdo

de tu huella borrada,

se desgrana la ausencia

que mi piel reclama.

Después de tu adiós

quedó mi calle desierta

reviviendo el espacio,

desgastando el delirio,

reclamando tu imagen

y musitando en sombras.

Frase abierta

como el final incierto

que refleja tu mirada.

Frase muda

que me nombra

sin palabras.

Tiniebla que oscurece

mi vos,

mi risa

y mis mañanas.

Murmullo que se trepa

desde el fondo del abismo

y se detiene al compás

de mis pasos silentes.

Quédate en mi ser,

átate a mi cuerpo.

Explora el contorno

de mi forma entregada.

Que mi vida,

mi piel

y mi poema,

hoy te reclaman.


María Julieta Salusso (2007)

martes, 20 de abril de 2010

Culto a nuestro amor


Mi piel se entrega a tus caricias,
al agitado torrente de pasión,

me encauso en las aguas profundas
donde flotan los deseos prohibidos

y al son del ritmo del amor
danzan tus caderas y las mías.

En el aire que nos circunda
se pierde un susurro inconcluso
que percibo como plegaria
y se mixtura con mi voz.

Me embriaga el sabor
de tus besos ardientes,
me desvanezco en el reflejo
del horizonte de tus ojos.

Luz del alba tu sonrisa,
se enciende mágica y desnuda
como el misterio de un ritual.

Melodiosa voz germina en ti
coronando el silencio vacío

y te arrastro como viento huracanado
por la férvida llanura de mi espalda.


Tus manos deambulan por mi ser
hurgando los resquicios ocultos,

mi húmeda oscuridad latente
te encamina hacia la gloria
y ahí, justo ahí… en ese momento
se caen los pétalos de nuestra flor.



María Julieta Salusso

jueves, 15 de abril de 2010

Amargo final

En la cripta vacía
de mis sentimientos
resuenan los huesos yertos
de tu integridad gastada.

Te esfumas, te diluyes
como silabeo intermitente,
abriéndote paso
en la vibrante longitud
del infinito.

Mi piel se empeña
en retener el rastro
del último roce de tus manos.

Y mi boca
no se conforma
con la satírica sensación
de tus besos
que hoy no están.

Un residuo de palabras
que desertaron de tu ser
estallan contra mis tímpanos
que agonizan derrotados
en una danza de lamentos.

Se oscurecen mis recuerdos,
se envuelven en la niebla
de su propia densidad
y se disfrazan de ruegos
que suplican en silencio.

En el oscuro escenario
de mi corazón cansado
resuenan las últimas notas
del concierto de mi ayer.

El presente aplaude
y sepulta sin piedad
al cadáver de este amor.


María Julieta Salusso

Caprichos de esta vida

En el Edén de mi solitario insomnio,
entre gritos y susurros desesperados
resuena la historia de un desengaño
que se perdió en la garganta del tiempo.

La ronda desnuda de tus silencios
pisotea el sabor de mis angustias
y me obliga a descubrir el hechizo
que tu rostro dibuja en mis ojos.

El eco frágil de tu efímero suspiro
se funde en el océano turbulento
de mis pensamientos callados y vacíos
que desesperadamente pujan por surgir.

Se caen las hebras de la distancia
desde la enredada madeja de los momentos,
y se disuelven en un abismo confuso
que se pierde al ras de tu mirada.

Estallan las intenciones guardadas
y fluyen en el cause de la razón.
Frente a mis ojos caminan las decepciones
y se desangran las mañanas vacías.
María Julieta Salusso 2008

miércoles, 14 de abril de 2010

Tus restos

Sobre la lápida helada
de tu corazón descalzo
rechinan sentidos ruegos
implorando dichas de un mañana.

Removiendo en la humedad del terreno
los dedos del destino se abren paso.

Infértil yace tu alma herida
a la espera del amor que se negó,
inmóvil, exhausta y hambrienta.

Luce pálido y triste tu semblante,
tu dolor apaga la flama de ilusión,
mil frases se ahogan en tu boca,
sobre el pecho te resbala el desamor.

Se empaña el cristal de tu existencia,
se desploma un peldaño de pasión,
el presente erguido, danza
sobre la lápida helada
de tu corazón descalzo.
María Julieta Salusso

miércoles, 27 de agosto de 2008

Hoy y mañana

Prendido de la solapa
de este vago transitar
me mudo en el tiempo
salpicado por el légamo
de los momentos vividos.

Me elevo al son de las melodías
que entonan mis mañanas
y contemplo en silencio
a través de las cortinas
que ocultan el pasado
de un ayer que se esfumó.

Resbalan las experiencias
desde el borde de mi razón
y se pasean erguidas
sobre la ambición gastada
marcando el camino
que mañana he de seguir.

En puntas de pies
avanzo con cautela
sobre la carretera pedregosa
del destino que me acecha.


María Julieta Salusso

viernes, 4 de julio de 2008

Si pudiera

Si pudiera describir
los colores que tus ojos
me robaron hace tiempo…

Si lograra comprender
el por qué de mis temores
y el vacío del silencio…

Si asomaran mis recuerdos
a la ventana del olvido
y escaparan un momento
de este sueño perdido…

Te diría que la espera
resecó mis ilusiones,
mutiló las esperanzas,
confundió mis oraciones
y pisoteó la primavera
que afloraba desde el alma.

Hoy aguardo paciente
el fluir de mi destino,
la llegada intermitente
de tu huella en mi camino.

María Julieta Salusso
Publicada en "Escritorio Poético" antología volumen II, Ediciones Lulu - Junio de 2008

sábado, 7 de junio de 2008

No te detengas

El revés de la textura de tu sonrisa
denuncia la huella
que el tiempo dejó en tu rostro.

Tus ojos capturaron
un manojo de amaneceres
que sirvieron de alimento
para el alma hambrienta.

Las ventanas de la vida se abrieron,
y permitieron el protagonismo
de tu endemoniada danza
sobre el escenario de la vida
del mundo que te hospeda.

El pasar de los años
esculpió tu cuerpo a su antojo,
lo meció en las aguas
del eterno transitar
y cómplice de la gravedad traicionera
dirigió tu integridad carnal
hacia el suelo que te sostiene.

No detengas tu andar, no te detengas;
rasguña las riquezas para tu espíritu
de las entrañas del futuro que te aguarda.

María Julieta Salusso

miércoles, 23 de abril de 2008

Huellas del tiempo

Mis palabras sangran.

Una catarata de intentos de olvido
se precipita
desde la cima de las distancias
de esta vida mía
que se gasta sin permiso.

Al mirar mis manos
corroboro que los vestigios del tiempo
han marcado a fuego
su danzar sobre mis días.

Los deseos de seguir
se relamen y levantan vuelo
desde el fondo
de mis propios impulsos.


María Julieta Salusso

jueves, 17 de abril de 2008

Búsqueda

Oscurece aún más.

Al crepúsculo de mis desvelos
la lánguida sombra
de aquello que se fue
invade los espacios vacíos
de la soledad.

Yo
salgo a buscar amaneceres.

Yo
busco soles radiantes
que me rescaten
de esta cruel oscuridad.


María Julieta Salusso

lunes, 31 de marzo de 2008

Heridas

Sangran

las heridas abiertas
de los días gastados
que agonizando
llegaron a su fin.

Y se filtran
invadiendo los transparentes fluidos
que obstinadamente
se empeñan en ocultar
las sensaciones buenas
que el conjunto de los mortales
no fue capaz de percibir.

Yo por mi parte

busco un cicatrizante
para mis heridas.

María Julieta Salusso

jueves, 20 de marzo de 2008

¡Basta!

Bocanadas de suspenso
me intimidan y seducen,
confunden la estrecha convicción
de mi existir,
de mi transitar por el mundo
…por éste mundo.

Me empujan hacia el borde de la razón
y arrastran los pensamientos
por el infinito túnel de las inquietudes
desmoronando la frágil pared
de mi certeza…

Pero yo digo ¡Basta!

Sí. De vez en vez
digo ¡Basta!

Agacho la cabeza

y me obligo a seguir.

María Julieta salusso

sábado, 15 de marzo de 2008

Me puedes

Los delgados dedos
de tu perseverancia
hurgan en los húmedos terrenos
de mi oculta privacidad
y me veo desprovista
de todo…

Tienes el poder
de desnudarme el alma.

Mi carnal envase
no me protege.

Tu mirada me vuelve vulnerable.


María Julieta Salusso

viernes, 30 de noviembre de 2007

El final

La delgada membrana del silencio
se vio duramente traspasada
por los gritos mudos
que disimuladamente afloraban
desde el fondo de gargantas resecas.

Las filosas palabras silentes
dejaban oír su eco
rebotando sin cesar
contra las murallas del tiempo.

Y yo estaba ahí,
tratando de armar la mil piezas
del rompecabezas de mi existencia.

Creí escuchar la voz que me llamaba
a rendir cuentas
de mi transitar por esta vida.

María Julieta Salusso

viernes, 2 de noviembre de 2007

…Es el final…
Dicen que cuando el contenido
queda desprovisto del envase:
es el final.
Yo, que estoy
del otro lado,
que alguna vez rompí el cristal
de la fina pared limítrofe
de aquello que el tiempo
se encarga de gastar
y salí triunfante
luego de cortar
el delgado cordón
que me unía al resto de los mortales:
digo que nooooo!
No es el final.
¿De qué sirve el carnal envase
si cuando menos piensas te abandona?
Si al final de cuentas
perturba el obrar del alma,
la asfixia.
Pisotea sin piedad
cuando persigue un objetivo.

Lo que realmente importa
es lo etéreo,
el suspiro que queda
de aquello que no está…
“el alma”.

María Julieta Salusso

viernes, 21 de septiembre de 2007

Interrogantes

Esta mañana,
por buscar explicaciones
a lo inexplicable
quedé atrapada en las redes
de una respuesta indiferente,
caí rodando
desde la cima
de mis oscuras conclusiones,
mientras en el afán de frenar…
me impulsaba
hacia el amplio orificio
de las angustias
y rebotaba una y otra vez,
castigando el costado herido
de un pasado tan lejano.
Esta mañana
por salir al encuentro
de mis eternas y agobiantes dudas,
sentí el filo helado
de los sucesos que me ultrajan,
traspasé la delgada pared de la razón
y al oír el eco
de mis voces vacías;
me convencí a mí misma,
que “el vivir” no se interroga…
simplemente “se vive”.

María Julieta Salusso

martes, 4 de septiembre de 2007

Residuo de mis errores

El hueco oscuro de mis silencios
me pregunta el por qué.
Me convence de mi propia cobardía.
¿Será cobardía o discreción?
No lo se;
Pero que es silencio…
De eso no tengo dudas.
Creo.
¿Para qué guardo todo esto?
¿Para qué reflexiono?
Si de todos modos…
Nunca llego a una respuesta satisfactoria.
Me duele.
Me aturde.
Me confunde.
Agrieta mis pensamientos;
los envejece,
los mutila,
los agobia.
Aún me sigo preguntando…
¿Será cobardía o discreción?
El galope constante
de mis propios fantasmas
me sigue de cerca.
Convive conmigo.
Me sopla disimuladamente en la nuca.
Me habla,
a veces fuerte, casi gritando
y a veces susurra tímidamente
que casi no logro
percibir su compañía.
De todas maneras, está conmigo.
Es invisible.
Intangible.
Cualquiera diría que…
“poca cosa”.
Pero se las arregla para venir conmigo
a todas partes.
Me taladra la cabeza.
Me perfora.
Me subyuga bajo sus pies
descalzos.

María Julieta Salusso

martes, 28 de agosto de 2007

Plenitud

Tu desnudez palpitante, codiciosa y ávida,
emergía entre las sombras
de la ardiente habitación.
El roce de tus dedos me quemaba,
la humedad de tu boca dejaba rastros
por toda mi geografía corporal.
La temperatura calcinaba poco a poco
tu cuerpo y el mío.
Caminábamos al borde de un abismo
candente de pasión.
El cráter de mi volcán interno
estaba a punto de entrar en erupción,
un fragmento de tu integridad corpórea
se abría paso en mi sombría concavidad.
Tu cuerpo y el mío, fundidos y presos
de una satisfactoria oscilación
se encausaban hacia la cumbre del placer.
¡Qué plenitud llegar a la cima!

María Julieta Salusso

viernes, 10 de agosto de 2007

No existe mayor placer...

…Mi vulnerable existencia palpita
Sacudida por el más ardiente pecado.
El roce de tus manos me produce temblor.
La creciente temperatura de tu cuerpo
incinera uno a uno todos mis rincones.
La calidez de tu aliento me seduce, me hipnotiza,
me eleva hacia la cumbre de mis sentidos.
Tu lengua deja rastros de humedad por mi piel.
¡Necesito más! Mi integridad lo reclama;
la llama ya está encendida.
Quema… El fuego da placer.
Mi concavidad goza, suda,
se humedece, te alberga;
se adueña de tu viril integridad corpórea.
Tu afiebrado segmento me habita, me invade,
me riega con sus privados fluidos.
Los gemidos ensordecen,
se acrecientan con cada movimiento
que efectúan los cuerpos.
Me siento una Afrodita insaciable,
estoy a punto de estallar…
estoy al filo del goce infinito.
No existe mayor placer.
Si esto es pecado… quiero morir pecando.

María Julieta Salusso

domingo, 29 de julio de 2007

La vida

La vida es algo imposible de entender.
Es un continuo morir y nacer,
Es oír el susurro del viento,
Es caminar costeando el tiempo.
Vivir es empezar y terminar,
Es iniciar y acabar,
Es aceptar minutos, segundos;
Sin apartar frustraciones de triunfos.
Vivir es buscar y encontrar;
Es observar, comprender y mirar,
Es rebalsar el mundo con amor,
Con la inmaculada pureza de una flor.
Vivir es nunca renunciar,
Es no humillar ni abandonar.
Es lo bueno de lo malo distinguir,
Poder apreciar, saber inquirir.
La vida es un total acontecimiento
Edificado por el transcurso del tiempo.
La vida es un confuso más allá,
Es una suma de lapsos de nunca acabar.
Vivir es nacer, es morir;
Es despertar, es dormir;
Vivir es amar, es odiar;
Es poder hablar y saber escuchar.
La vida es un beso, una flor;
Es el suave sonido de una canción;
Vida es el compás de una melodía;
Es ruido, temblor, paz, armonía.
La vida es un beso, un abrazo,
Es una caricia suave y despacio,
Es un guiño, una mirada
Y aquella meta al fin lograda.
Es una piedra, un tropiezo, una caída.
Es el esfuerzo y el intento de cada día;
Vivir es no dar lugar a la derrota
Y estremecer con el contacto de una gota…
…con una gota de un suave rocío
O con un simple guijarro del río.
Es observar el dulce candor de un ser,
Es conservarlo todo; nacer, crecer.
Vida es esa dulce bienvenida,
Es el recibimiento de cada día.
Vida es ese triste adiós
Entre dos personas cuando acabó el amor.
También es vida una triste despedida;
Una flor, un amigo, una amiga;
Vida es ese feliz reencuentro
Y esa palabra que aún no entiendo.
Vida es una desolación, un llanto;
Un universo, un mundo, un canto;
Es un largo camino recorrido
Que nunca ingresa al mundo del olvido.
La vida es imposible d concebir,
La vida se hace con solo vivir;
La vida es ese puente que conducirá
Al inexplicable mundo del más allá.

María Julieta Salusso (escrita en el año 1993)

sábado, 28 de julio de 2007

Resurrección cotidiana

El silencio reboza…
Una grieta
En la madera del ventanal
Permite la entrada de un
Diminuto rayo de sol.
Nuevamente despunta la alborada
Dando así
Comienzo a la resurrección
De un nuevo día.
La placidez
Característica del tiempo
Se hace
Cada vez
Más pronunciada;
Y un monótono trinar de aves
Esculpe el silencio,
Tornándolo
Momento a momento
Más irregular.
Los rayos solares
Dadivan la luz
Que dará al rocío primaveral
Un encanto puro.
Las rosas escarlatas
Contrastan con el inocente follaje
Dando al prado
Un ilustre semblante.
Todo es armonía;
Todo es paz;
Todo…
Es un total júbilo
Que el altísimo
Experimenta
Al contemplar su engendro.
María Julieta Salusso