viernes, 30 de noviembre de 2007

El final

La delgada membrana del silencio
se vio duramente traspasada
por los gritos mudos
que disimuladamente afloraban
desde el fondo de gargantas resecas.

Las filosas palabras silentes
dejaban oír su eco
rebotando sin cesar
contra las murallas del tiempo.

Y yo estaba ahí,
tratando de armar la mil piezas
del rompecabezas de mi existencia.

Creí escuchar la voz que me llamaba
a rendir cuentas
de mi transitar por esta vida.

María Julieta Salusso

viernes, 2 de noviembre de 2007

…Es el final…
Dicen que cuando el contenido
queda desprovisto del envase:
es el final.
Yo, que estoy
del otro lado,
que alguna vez rompí el cristal
de la fina pared limítrofe
de aquello que el tiempo
se encarga de gastar
y salí triunfante
luego de cortar
el delgado cordón
que me unía al resto de los mortales:
digo que nooooo!
No es el final.
¿De qué sirve el carnal envase
si cuando menos piensas te abandona?
Si al final de cuentas
perturba el obrar del alma,
la asfixia.
Pisotea sin piedad
cuando persigue un objetivo.

Lo que realmente importa
es lo etéreo,
el suspiro que queda
de aquello que no está…
“el alma”.

María Julieta Salusso

viernes, 21 de septiembre de 2007

Interrogantes

Esta mañana,
por buscar explicaciones
a lo inexplicable
quedé atrapada en las redes
de una respuesta indiferente,
caí rodando
desde la cima
de mis oscuras conclusiones,
mientras en el afán de frenar…
me impulsaba
hacia el amplio orificio
de las angustias
y rebotaba una y otra vez,
castigando el costado herido
de un pasado tan lejano.
Esta mañana
por salir al encuentro
de mis eternas y agobiantes dudas,
sentí el filo helado
de los sucesos que me ultrajan,
traspasé la delgada pared de la razón
y al oír el eco
de mis voces vacías;
me convencí a mí misma,
que “el vivir” no se interroga…
simplemente “se vive”.

María Julieta Salusso

martes, 4 de septiembre de 2007

Residuo de mis errores

El hueco oscuro de mis silencios
me pregunta el por qué.
Me convence de mi propia cobardía.
¿Será cobardía o discreción?
No lo se;
Pero que es silencio…
De eso no tengo dudas.
Creo.
¿Para qué guardo todo esto?
¿Para qué reflexiono?
Si de todos modos…
Nunca llego a una respuesta satisfactoria.
Me duele.
Me aturde.
Me confunde.
Agrieta mis pensamientos;
los envejece,
los mutila,
los agobia.
Aún me sigo preguntando…
¿Será cobardía o discreción?
El galope constante
de mis propios fantasmas
me sigue de cerca.
Convive conmigo.
Me sopla disimuladamente en la nuca.
Me habla,
a veces fuerte, casi gritando
y a veces susurra tímidamente
que casi no logro
percibir su compañía.
De todas maneras, está conmigo.
Es invisible.
Intangible.
Cualquiera diría que…
“poca cosa”.
Pero se las arregla para venir conmigo
a todas partes.
Me taladra la cabeza.
Me perfora.
Me subyuga bajo sus pies
descalzos.

María Julieta Salusso

martes, 28 de agosto de 2007

Plenitud

Tu desnudez palpitante, codiciosa y ávida,
emergía entre las sombras
de la ardiente habitación.
El roce de tus dedos me quemaba,
la humedad de tu boca dejaba rastros
por toda mi geografía corporal.
La temperatura calcinaba poco a poco
tu cuerpo y el mío.
Caminábamos al borde de un abismo
candente de pasión.
El cráter de mi volcán interno
estaba a punto de entrar en erupción,
un fragmento de tu integridad corpórea
se abría paso en mi sombría concavidad.
Tu cuerpo y el mío, fundidos y presos
de una satisfactoria oscilación
se encausaban hacia la cumbre del placer.
¡Qué plenitud llegar a la cima!

María Julieta Salusso

viernes, 10 de agosto de 2007

No existe mayor placer...

…Mi vulnerable existencia palpita
Sacudida por el más ardiente pecado.
El roce de tus manos me produce temblor.
La creciente temperatura de tu cuerpo
incinera uno a uno todos mis rincones.
La calidez de tu aliento me seduce, me hipnotiza,
me eleva hacia la cumbre de mis sentidos.
Tu lengua deja rastros de humedad por mi piel.
¡Necesito más! Mi integridad lo reclama;
la llama ya está encendida.
Quema… El fuego da placer.
Mi concavidad goza, suda,
se humedece, te alberga;
se adueña de tu viril integridad corpórea.
Tu afiebrado segmento me habita, me invade,
me riega con sus privados fluidos.
Los gemidos ensordecen,
se acrecientan con cada movimiento
que efectúan los cuerpos.
Me siento una Afrodita insaciable,
estoy a punto de estallar…
estoy al filo del goce infinito.
No existe mayor placer.
Si esto es pecado… quiero morir pecando.

María Julieta Salusso

domingo, 29 de julio de 2007

La vida

La vida es algo imposible de entender.
Es un continuo morir y nacer,
Es oír el susurro del viento,
Es caminar costeando el tiempo.
Vivir es empezar y terminar,
Es iniciar y acabar,
Es aceptar minutos, segundos;
Sin apartar frustraciones de triunfos.
Vivir es buscar y encontrar;
Es observar, comprender y mirar,
Es rebalsar el mundo con amor,
Con la inmaculada pureza de una flor.
Vivir es nunca renunciar,
Es no humillar ni abandonar.
Es lo bueno de lo malo distinguir,
Poder apreciar, saber inquirir.
La vida es un total acontecimiento
Edificado por el transcurso del tiempo.
La vida es un confuso más allá,
Es una suma de lapsos de nunca acabar.
Vivir es nacer, es morir;
Es despertar, es dormir;
Vivir es amar, es odiar;
Es poder hablar y saber escuchar.
La vida es un beso, una flor;
Es el suave sonido de una canción;
Vida es el compás de una melodía;
Es ruido, temblor, paz, armonía.
La vida es un beso, un abrazo,
Es una caricia suave y despacio,
Es un guiño, una mirada
Y aquella meta al fin lograda.
Es una piedra, un tropiezo, una caída.
Es el esfuerzo y el intento de cada día;
Vivir es no dar lugar a la derrota
Y estremecer con el contacto de una gota…
…con una gota de un suave rocío
O con un simple guijarro del río.
Es observar el dulce candor de un ser,
Es conservarlo todo; nacer, crecer.
Vida es esa dulce bienvenida,
Es el recibimiento de cada día.
Vida es ese triste adiós
Entre dos personas cuando acabó el amor.
También es vida una triste despedida;
Una flor, un amigo, una amiga;
Vida es ese feliz reencuentro
Y esa palabra que aún no entiendo.
Vida es una desolación, un llanto;
Un universo, un mundo, un canto;
Es un largo camino recorrido
Que nunca ingresa al mundo del olvido.
La vida es imposible d concebir,
La vida se hace con solo vivir;
La vida es ese puente que conducirá
Al inexplicable mundo del más allá.

María Julieta Salusso (escrita en el año 1993)

sábado, 28 de julio de 2007

Resurrección cotidiana

El silencio reboza…
Una grieta
En la madera del ventanal
Permite la entrada de un
Diminuto rayo de sol.
Nuevamente despunta la alborada
Dando así
Comienzo a la resurrección
De un nuevo día.
La placidez
Característica del tiempo
Se hace
Cada vez
Más pronunciada;
Y un monótono trinar de aves
Esculpe el silencio,
Tornándolo
Momento a momento
Más irregular.
Los rayos solares
Dadivan la luz
Que dará al rocío primaveral
Un encanto puro.
Las rosas escarlatas
Contrastan con el inocente follaje
Dando al prado
Un ilustre semblante.
Todo es armonía;
Todo es paz;
Todo…
Es un total júbilo
Que el altísimo
Experimenta
Al contemplar su engendro.
María Julieta Salusso